Más evidente que nunca. Contorsiones de la voz y antojos vocales.

martes, 19 de enero de 2010

Llueva



Siguen pasando cosas. Como si pudieran si quiera ser nombradas. La belleza a la que comienzo a habituarme es violenta y abruma por todos los rincones, por todos los ritmos, provocando quiebres, tersuras, ahogos. No alcanzo a contemplarla. La llevo dentro mío, me conmueve. Me llena de cerros, de ríos, de torres cayendo sin estrépito por un magma contínuo, por la voz, por la lengua que ahora hablo.

4 comentarios:

  1. ..."torres cayendo sin estrépito por un magma contínuo"...

    Es una imagen muy bella -una violencia sin ruido, lo cual es casi contradictorio, o aterrador!-. Me alegro que acabara el silencio, aunque fuera sólo por el sonido de las gotas de la lluvia...

    Y una curiosiad : ¿La alternancia en las imágenes de los post (flor-mujer) es premeditada? Sea cual sea la respuesta, lo cierto es que el efecto me gusta.

    Saludos,
    Rubén

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  2. No, no es premeditada... es según el estado de ánimo.
    No lo había notado, saludos!
    :)

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  3. Aw! No conocía este blog,
    me alegra encontrarlo.
    te estaré ciberleyendo.
    Un abrazo.
    g.-

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  4. Gabriel!
    qué bueno saber de ti, beso.

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