Más evidente que nunca. Contorsiones de la voz y antojos vocales.

lunes, 31 de enero de 2011

Masa marina



Le prometí a D. que volvería a escribir, pero no sé cómo hacerlo si no encuentro un ritmo. No sé por qué recordé cuando le dije a alguien: "escribes como si lloraras", como si en la escritura se pudiera palpar eso que conocemos como respiración, que conocemos como un ahogo o que reconocemos como un hondo vacío sin más.
El otro día estuve mirando fijamente la cordillera. Me pareció ver cómo ascendía desde el otro lado una masa de agua en cámara lenta. Recordé un dibujo que quería hacer y que finalmente no lo hice. El dibujo era una cascada por la que caían cosas, cachureos, la mano parecida a un santito que PLT me regaló en México, collares, cangrejos, joyas, etc.
Pensé en todas esas figuras que veo cuando la mente se me queda en blanco buscando ese ritmo que quiero encontrar para escribir otra vez. Pensé en contárselo a D. pero ya no lo hice.

1 comentario:

  1. El ritmo es como la flor de los siete colores de Angie; te das mil vueltas y al final estaba más cerca de lo que pensabas; está en tí, en tu centro, latente intranquilo esperando ser oído.

    Detén el tiempo y escucha tu ritmo.

    Saluditos, estimada, nos vemos por ahí :)!

    ResponderEliminar